Prólogo

Las antologías de poesía joven son artefactos de la memoria con la misión de convertirse en crónicas de un momento específico y a la vez un registro de nombres, temas y estéticas. El académico
español Francisco Ruiz Casanova define este tipo de antologías dentro de una clasificación más amplia: antologías programáticas, compilaciones de carácter sincrónico que dan respuesta a una necesidad de inventario, que en palabras de Guillermo de Torre abarcan lo existente y lo potencial. En definitiva, libros que se escriben pensando en el lector del mañana, cuidando que no sean una lista caótica de autores y poemas, sino selecciones significativas para leer el pasado desde un futuro incierto.

A las puertas del fin de la segunda década del siglo XXI, es necesario resguardar la poesía de los autores jóvenes más diligentes que surgieron en estos diez años. La tradición de antologías de poesía joven salvadoreña data desde 19601 con la publicación Poetas jóvenes de El Salvador elaborada por José Roberto Cea; sin embargo, a manera de breve estado de la cuestión, me limitaré a comentar cuatro compilaciones editadas en el país entre los años 2000-2012, mismas que agrupan dos de las generaciones contemporáneas a la promoción congregada en mi selección. Deseo acotar que el uso de los términos «generación», «promoción» o «grupo» no posee aquí el significado que la teoría literaria y la periodización literaria les otorgan, más bien, conservan el sentido que se les asigna en el diccionario.